Martin Neglia y Emiliano Pierro
visitas de miércoles a sábados de 16:30 a 20 hs
en Av. Sta Fe 2729 LOCAL 40 CABA Argentina
hasta el 29 de noviembre
texto por Egar Murillo, Artista visual
Setiembre 2014 Mendoza/ Buenos Aires
“Robin y Robin” son dos
antihéroes, los alter egos de dos artistas visuales consolidándose a través de
sus trabajos. Reírse de sí mismos es muy saludable, tomar el arte con la más
profunda seriedad posible, redime al
espíritu niño e inconformista expresando sus angustias existenciales en
la gran película de la vida que podría ser el “turbinazo”.
El color desborda en Emiliano
Pierro, todos los materiales pictóricos son posibles en sus técnicas mixtas,
embadurnando los papeles; un automatismo eléctrico se desata en las imágenes de
la naturaleza y sus distorsionados y sónicos animales posesos de “sonic youth”
de fondo auricular.
Las perspectivas son destruidas
en ambos artistas, novedad superada en la
historia del arte pero afín a sus necesidades expresivas. Palabras escritas
como señalamientos de elementos descubiertos y obvios remarcan el ojo artístico
y puro. Destruye la estructura espacial y compositiva para crear una nueva
sensación torcida y retorcida abarrotando el soporte de nervio expresivo.
En este concepto se hermana con
Martin Neglia, pero este a través del silencio del vacío, que es también otro
extremo.
Pierro y Neglia son grandes
improvisadores instintivos. Este último con mínimos elementos construye un
mundo psicológico donde Beckett podría estar sentado en una de sus imágenes con
sillas, esperando algo que no sabemos que puede ser.
La alienación obsesiva y
repetitiva, se acumula en la raíz primaria de su pensamiento, tanta soledad
quizás es posible en el mundo contemporáneo donde reside Neglia.
El miedo vacía sus espacios hacia
la virtualidad de las redes sociales, hacia la ficción donde los cuerpos no
existen, son fingidos. Deforma la forma corpórea y la figura se convierte en
una pseudo ameba zoomorfa (valga lo absurdo), pero tiene la silla como elemento
referencial de lo humano.
Los dos artistas plasman la
asfixia de la época, la sordidez de la realidad, la bondad de un mundo que no
puede ser alcanzado, si dejamos todo en manos de lo tecnológico.
Lo mejor que les sucede, es que
sus obras no quieren ser amables o agradables al ojo del espectador. La pintura
interroga al ojo, lo sacude para revelar y desvelar el arte puro.
“Robin y Robin” volverán al mundo
cotidiano relacional para salvar al mundo de los fracasos como humanidad.
Tienen como escudo sus pinturas como brillantes espejos, para que sus
seguidores pongan “me gusta” y se miren en profundidad hacia adentro.
Son artistas del siglo XXI,
planteando las obsesiones humanas acerca
de la naturaleza destruyéndose; Pierro ha visto los frágiles zorros huérfanos
en el mundo, por eso los pinta para la memoria, que también se perderá. Neglia
no necesita pintar cárceles, el mundo urbano ya las invento y el miedo es la
comunicación interna del sistema de aislamiento hoy venerado.
